¿QUÉ ES EL BRUXISMO? (1). DEFINICIÓN Y ALGUNAS CARACTERÍSTICAS.
«Bruxismo» es una palabra que viene del término del griego clásico «βρύκειν» que literalmente significa frotar o rechinar. Se trata de un hábito involuntario que se realiza la mayor parte de las veces de forma inconsciente con el que se «rechinan» o aprietan los dientes, activando especialmente los músculos de la mandíbula. Este hábito puede provocar desgaste progresivo del esmalte dental, así como deterioro óseo de toda la zona maxilofacial. Por otra parte las fuertes tensiones musculares que se generan pueden provocar, con intensidad variable, dolores de cabeza, cuello, espalda, oídos, etc.
Aunque todavía no hay macroestudios concluyentes, se cree que este trastorno podría afectar a un 15% de la población general, porcentaje que iría aumentando progresivamente en los últimos años.
Existen diferentes tipos de bruxismo:
1. Según la manera de frotar o rechinar los dientes, pudiendo ser ambos simultáneos en la misma persona:
• el bruxismo céntrico se caracteriza por el «apretamiento» de la mandíbula originado en la actividad muscular maxilofacial. Los premolares suelen ser las piezas dentales más dañadas. Este tipo de bruxismo genera muchas tensiones musculares que afectan a toda la zona musculoesquelética mandibular y adyacente, provocando sobre todo dolores cervicales y cefaleas.
• el bruxismo excéntrico (se caracteriza por el frotamiento de los dientes, generando deterioro de las piezas dentales de distinto grado. Los frotamientos siguen un patrón definido que se relaciona con el desgaste de los dientes, especialmente los incisivos.
2. Según el momento en el que se produce de forma habitual:
• el bruxismo nocturno se produce de forma inconsciente durante las etapas 2 y 3 del sueño no REM (NREM). Suele observarse en intervalos de unos 20-30 minutos, de forma muy variable según las diferencias individuales
• bruxismo diurno: se produce durante el día, de forma inconsciente o semi-inconsciente, especialmente en actividades asociadas al estrés o en periodos difíciles de la vida.
3 Según su gravedad:
• Grado I: El bruxismo se produce de forma ocasional y puede estar asociado a algún problema o episodio relacionado con la salud como una hospitalización, una medicación determinada, una afectación de tipo dental, etc. No suele acarrear efectos demasiado graves en el paciente.
• Grado II : Se trata de un grado intermedio. El bruxismo se produce ya de forma habitual, asociado sobre todo a factores de estrés que se están cronificando en el paciente. Aparecen los primeros deterioros en las piezas dentales, cefaleas, molestias musculares, etc. En muchos caso sólo se produce en su versión nocturna.
• Grado III : El bruxismo se produce casi de forma constante, tanto en sus versión nocturna como diurna, céntrica o excéntrica. El paciente experimenta de forma severa el deterioro óseo de las zona maxilofacial, especialmente de las piezas dentales. Las cefaleas y dolores cervicales son constantes debido a la fuerte tensión muscular desarrollada. Muchos pacientes intentan luchar contra estos dolores crónicos con el consumo de analgésicos y ansiolíticos de diferente intensidad, lo que produce a su vez una serie de efectos secundarios que afectan a su salud física y mental.
Parece claro que hay una relación entre bruxismo y estrés. El modo de vida moderno con la alteración de las rutinas, la incertidumbre, las nuevas tecnologías y en general las situaciones ansiógenas implícitas, también está relacionado con este trastorno. Por otra parte, y sin que haya estudios concluyentes, parece que las personas con personalidades con una alta puntuación en neuroticismo podrían desarrollar de forma más probable el bruxismo.
Aunque no hay estudios concretos y los que pudieran realizarse no serían concluyentes, podemos intuir que la pandemia global que estamos viviendo estos meses aumentará de forma general la gravedad del bruxismo en las personas que lo padecen y también desencadenará la aparición de muchos nuevos casos.
(Fin primera parte).
Luis Ariño de Frenne
www.psicologo-zaragoza.net
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